Los otros fantasmas en "Una casa encantada" de Virginia Woolf.
Cuando los fantasmas no se dedican a asustar.
Realmente nunca he sido fanático del tema fantasmal o sobrenatural; la razón es que se suele abordar la trama de este tipo historias con un enfoque dirigido a provocar miedo, y ese es precisamente el poco atractivo que tienen para mí: no me dan miedo. Las únicas veces que me asusté por fantasmas fue antes de los siete años, y, desde entonces, una vez que valeroso acepté su nula existencia, me olvidé de ellos. Por eso, con desencanto me acerqué al cuento “Una casa encantada” de Virginia Woolf; sin embargo, este cuento fantasmal terminó por ser otra cosa.

Curiosamente, la misma mañana que leí el cuento por primera vez, pensaba en que la connotación de la palabra “fantasma” o “fantasmal” esta asociada al miedo. Pero, ¿qué hace precisamente que esa sea la intención de cualquier fantasma? En todo caso, aquellos seres errantes posiblemente tendrían intenciones más allá de algo tan absurdo. Quizá estarían enfocados en simplemente vivir en otro plano, o, en caso de ser conscientes de su condición fantasmal, enfocarse a investigar sobre ella. Se me ocurren más razones, pero, ese es básicamente mi punto. En fin, mi pensamiento al meditar sobre este tema iba en dirección hacia que si lo fantasmal se alejaba de los sentimientos de miedo y terror, podría explotarse en tramas interesantes. Para mi sorpresa, Virginia Woolf lo hizo cien años atrás. Creó este cuento maravilloso. Y, aunque la inspiración nace de una casa en la que solía vacacionar con su esposo, la cual parecía ‘encantada’ y ‘encantadora’, donde se escuchaban por la noche a dos personas pasear de cuarto en cuarto, este cuento no narra una historia de miedo.

Woolf aborda el tema de una manera espectacular. Es un flujo natural en el que conviven las personas que viven en la casa y una pareja fantasmal. Lo llamé ‘flujo natural’ porque, gracias a la prosa de Woolf, logra que estas dos parejas convivan en esta historia sabiéndose ambos presentes, pero, interactuando con naturalidad, sin miedo, sin irrumpir en sus vidas. Están ahí: se escuchan, se sienten, solo que, no transgreden más allá de su existir.
Asimismo, la historia podría adjetivarse como “bella”, pues en parte, hay frases hermosas y un tanto poéticas que seducen.
Creo que, como en muchos casos, es conveniente que quien se adentre a este cuento haga como yo y lo lea varias veces hasta acostumbrarse al ritmo en el que está escrito. De esta forma, se logra perscibir más a esta convivencia entre las parejas. Se les puede ver ahí, cada una enfocada en sus asuntos, platicando, susurrando, yendo de un lado a otro.
La casa encantada es un cuento publicado en 1944 en su libro de cuentos titulado “La casa encantada y otros cuentos”; sin embargo, fue publicado por primera vez en su libro de cuentos “Lunes o martes” en 1921.
Ahora, si logré llamar tu atención, lo que te resta por hacer es leer el cuento y averiguar por ti mismo lo que te conté. Puedes encontrarlo aquí: Una casa encantada
Espero que lo disfrutes.
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